¡SAYONARA, BABY! (Volveré...)

25.08.2012 19:40

Me encanta el nombre de Pepe. Me gusta tanto como su apellido, ese Kepler que suena a tejido de superhéroe, a chaleco antibalas, a medición de temperatura. Es tan liso, tan simple y tan redondo como su afeitada cabeza. Una preciosa cabeza, que por cierto estuvo a punto de partirse en el duro choque contra la más mullida y supuestamente amueblada de Iker Casillas.

 

Y digo lo de supuestamente ya que muchas veces las apariencias engañan y puesto a ser sinceros, la apariencia del gran Pepe, a primera vista, con esa cara fiera, esos ojitos pequeños que me recuerdan a los del primer terminator apagándose bajo la prensa, y esas ganas de comerse al enemigo, queda en desventaja si se la compara con el yerno perfecto que parece ser nuestro “santo” particular.

Me encanta el nombre de Pepe, y por eso el otro día, después del choque, cuando conmocionado le preguntaron que como se llamaba y contestó que Pablo, me temí que la lesión fuese sería y que ese horrible cambio de nombre no anunciaba nada bueno.

No lo pude evitar, y aunque la situación era grave, me vino a la cabeza (nunca mejor dicho) la famosa anécdota del jugador del Patrick Thristle.

 

John Lambie, entrenador del Patrick Thristle de los años 90, le contesto lo siguiente al masajista del equipo después de que éste le dijera que un delantero que había chocado con un rival no recordaba quién era:

 

"Perfecto, ¡dile que es Pelé y que vuelva al campo rápidamente!"

 

Y al recordarla, imaginé si yo siendo el entrenador del Madrid, con Pepe (perdón Pablo) todavía conmocionado y balbuceando palabras incoherentes, sería capaz de convertir a Pepe en mi Pelé particular. Si le diría que era uno de los míticos, si le convertiría en Hierro, Sanchís,  Marquitos o Pirri, si le clonaría en Beckenbauer, o…lo cambiaría por Maradona, por Satrustegi, o por Zidane.

Le di vueltas y vueltas, disfrutando el momento, regodeándome con esas maravillosas posibilidades aunque ya sabía la respuesta,, aunque ya sabía lo que haría en esa situación.

Por si acaso,  y para cerciorarme, llamé al merengue de mi padre para que confirmase mi elección. Le llamé para que un madridista  jubilado (del trabajo, del Madrid nadie se jubila nunca) me ratificará en mi idea. Le conté el problema (bendito problema) y después de un par de segundos de silencio en los que noté, como sólo puede notar un hijo, que estaba sonriendo, dijo lentamente,  como si saborease la respuesta:

                                                                                                  

“Perfecto, ¡dile que es Pepe y que vuelva al campo rápidamente!”

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Y como hoy parece que el blog, por esas casualidades de los rayos gamma, se decanta por la ciencia ficción, aprovecho para recordar a los despistados que se cumplen 30 años del estreno de "Blade Runner" así que directamente, sin rodeos gramaticales, pongamos rumbo a Orión y pasemos a celebrarlo. 

Y para terminar esta entrada una poesía. ¡No huyas! ¡Espera! Solo una. Una pequeñita que no hará que el fútbol salga de tu cabeza, pero compensará los tiros del ex-gobernador.

 

SÍNDROME


Todavía tengo casi todos mis dientes 
casi todos mis cabellos y poquísimas canas 
puedo hacer y deshacer el amor 
trepar una escalera de dos en dos 
y correr cuarenta metros detrás del ómnibus 
o sea que no debería sentirme viejo 
pero el grave problema es que antes 
no me fijaba en esos detalles 

 

Mario Benedetti.

Tema: ¡SAYONARA, BABY! (Pepe: Volveré...)

vejez prematura

geryon | 13.10.2012

A mi no me ueda mas remedio que fijarme en esas cosas para sobrevivir mentalmente. Con 37 tengo la salud de alguien de 55 y no lo digo por la luxación de hoy, que es accidental.
Yo que siempre fui mas Pepe, temo acabar como casillas

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